El estadio Chelato Uclés de Tegucigalpa fue remozado por el Gobierno y los equipos han comenzado una disputa por la administración del inmueble.
TEGUCIGALPA. Desde hace dos semanas, el Gobierno hondureño por medio de Condepor, la institución que administra el estadio Nacional Chelato Uclés de Tegucigalpa, dio por terminada la construcción de la gradería de populares del vetusto escenario, pero los clubes anfitriones, Olimpia y Motagua, han decidido no usarla.
Y es que el polémico directivo de Condepor, el exárbitro FIFA, Mario Moncada, mantiene una guerra con los clubes capitalinos ya que antes de su llegada, ellos manejaban a su antojo el escenario, pero en este nuevo gobierno se pusieron nuevas reglas de juego.
Con las nuevas graderías, el coloso capitalino vuelve a tener el aforo total, pero el fin de semana pasado que se disputó el clásico entre Olimpia y Motagua, los leones decidieron no abrir esta localidad ya terminada. Para este fin de semana que los azules recibirán al Real España también han determinado usar las gradas.
Esta acción ha generado algún malestar al interior de los administradores del estadio que están viendo como un boicot su trabajo, pues los clubes están molestos con el trato que les dio Moncada. El Motagua vivió un momento tenso cuando enfrentó al Cincinnati FC de la MLS y Mario Moncada determinó que hicieran cambio de ángulo en la toma de cámaras para enfocar las nuevas gradas.
La CONCACAF amenazó a Motagua con multarlo ya que, si hacían ese movimiento de tiro de cámaras para la TV que hizo Condepor, su publicidad no sería exhibida. Moncada atizó contra Emilio Izaguirre, gerente del Motagua, con quien mantuvo una rivalidad que se han pintado de política ya que ambos son miembros de distintos institutos políticos en Honduras y han llevado esta rivalidad al fútbol.
