Luego de la eliminación de Motagua de la Copa Centroamericana, la situación del fútbol hondureño es notablemente triste, patética y, sobre todo, crítica.
Motagua no pudo contra un Herediano de Costa Rica que, sin jugar un fútbol vistoso ni ordenado, aprovechó su localía para ser conservador y cuidar el marcador 2-2 que merecidamente obtuvo en el partido de ida.
El técnico de las Águilas Azules fue fiel a su estilo ratonero y conservador. Sin ideas en el último cuarto de la cancha, sin sacar al equipo rival de su zona de confort.
Hoy el fútbol de Honduras no tiene Copa Centroamericana, no tiene buen nivel en la selección, no tiene garra y, mucho menos, un futuro prometedor para el fútbol catracho.